Camino a la Peña
Por el camino de la Peña accedemos a uno de los más bellos parajes de nuestro pueblo, el Cerro del Águila, situado en una cota superior a los 380 metros sobre el nivel del mar y que además cuenta con un alto valor paisajístico.
El camino comienza en el lugar llamado 'Pozo Bebé', un antiguo pozo donde se abrevaba el ganado. Es quizá este pozo el más emblemático del pueblo. Es aquí donde, en los días de la famosa Romería de La Peña, se concentra la caballería después de recorrer las calles del pueblo, donde hombres y mujeres se preparan para recorrer el polvoriento camino cantando sus coplillas a la Virgen. Hasta aquí se acercan numerosos visitantes para poder ver el inicio de la ascensión de la caballería a La Peña, algo, sin duda, espectacular y emotivo.
Siguiendo el camino, antes de empezar a ascender, es paso obligado atravesar 'Los arroíllos', arroyo que transcurre por los alrededores del pueblo.
Ya iniciado el camino, percibiremos el olor a jara, a matorral, a eucalipto, a romero y a brezo. Luego viene la Vuelta de la Galana y la cuesta 'El Fraile'.
En la Balsita, manantial que huele a hierro y del que decían que curaba anemia y falta de apetito, veremos el inagotable hilillo de agua que surge de la tierra.
Siguiendo el camino llegamos a los Poyetes, donde se puede hacer un pequeño descanso y disfrutar de un bello paisaje y de la característica tranquilidad del campo.
Luego la empinada cuesta de piedras talladas a mano. Piedras que saben de sentimientos, de promesas, de despedidas y de llegadas, de agradecimientos y favores pedidos. Piedras rodeadas de un misticismo especial.
Al final del camino, de este camino de piedra, llegamos a la 'Pisá del Potro', desde donde vemos el pueblo en toda su extensión, disfrutando allí de una gran vista. Y ya por fin estamos en LA PEÑA, donde se levanta la Ermita en honor a la Virgen, donde tantos y tantos devotos han llegado allí con sus promesas, con su devoción, con sus lágrimas.